El Acebuchal: Una Joya Escondida en Málaga

 

El Acebuchal, conocido como "La Aldea Perdida de Málaga", emerge como un tesoro escondido en las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama. Fundada en el siglo XVII, esta aldea sufrió el embate de la Guerra Civil Española, viendo sus calles abandonadas por décadas hasta su renacimiento a fines del siglo XX.

 

En este artículo para quienes viajan por su cuenta, exploraremos los encantos y secretos de El Acebuchal, un destino que merece ser descubierto.

 

Historia y Resurgir

 

En el corazón de las montañas malagueñas, El Acebuchal cuenta una historia de resistencia y resurgimiento. Durante la Guerra Civil, la aldea fue testigo de conflictos y exilio, con sus habitantes ofreciendo refugio a los maquis, guerrilleros antifascistas. Esta solidaridad llevó a su abandono forzado por las autoridades en 1949.

 

Sin embargo, en 1998, familias locales comenzaron la ardua tarea de restaurar las antiguas casas de piedra, devolviendo vida a las calles empedradas y rescatando la esencia perdida de El Acebuchal. Hoy en día, esta pequeña comunidad revive como un destino rural único, manteniendo viva su historia y tradiciones.

 

Explorando el entorno

 

El Acebuchal se encuentra enclavado en el Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, ofreciendo un entorno privilegiado para los amantes de la naturaleza y el senderismo. Diversas rutas serpentean a través de paisajes pintorescos, como la Ruta Frigiliana-El Acebuchal, que abarca 13 km de belleza natural y 4.5 horas de caminata.

 

Los viajeros pueden sumergirse en la exuberante vegetación mediterránea, explorar antiguos cortijos y descubrir la historia de los maquis en la Ruta de Los Maquis, una caminata desafiante pero gratificante que ofrece vistas panorámicas de la región.

 

Experiencia en El Acebuchal

 

Al adentrarse en las calles empedradas de El Acebuchal, los visitantes son recibidos por la autenticidad y el encanto de un pueblo que parece detenido en el tiempo. Con solo dos calles principales, este rincón pintoresco invita a explorar sin prisa, disfrutando de la arquitectura tradicional y los pequeños detalles que adornan cada esquina.

 

Para aquellos que buscan una escapada tranquila y rejuvenecedora, El Acebuchal ofrece un refugio de desconexión. Lejos del bullicio de la ciudad, sus calles se convierten en santuarios de paz, donde el tiempo se desliza suavemente entre conversaciones tranquilas y

paseos contemplativos.